Soy artista visual trabajo, muy cercana a mi realidad cotidiana, los materiales que uso en mi trabajo son el mínimo sustrato parlante de mi obra. Trato de pensar en obras que puedo hacer, uso material a mano como el grafito, cercano y noble, capaz de expandir su potencia visual o reducirse a lo más mínimo, una línea como humildad y espiritualidad. Yo trabajo desde la urgencia y esa fuerza tiene algo de torpeza pero algo muy genuino también, y me preocupo de que se mantenga lejos de una pose. Yo confío en que en los pequeños e íntimos temas anidan las moléculas de todos los demás, por eso, insisto en ellos. Proyecto que empecé al llegar a Chile, sin mis materiales, sin taller, con muchos miedos, y todo un territorio por conocer. Al proyecto lo llamé: La piedra, el agua. Por esa fuerza suave y corrosiva que tiene el agua que corre por años sobre una piedra y la termina horadando. Bueno, con esa imagen empecé a salir a las calles de Santiago con un grafito en mano, para instalar en los muros de la ciudad breves textos que con el pasar de cada día fueran ejerciendo un esfuerzo de apropiación. De volver mío un lugar.