Gimena Castellón-Arrieta

Argentina
Llegue a Chile para intentar amplificar mi territorio de diálogos como artista, investigar la autobiografía en los materiales que uso frecuentemente en mi trabajo y algunos nuevos, eran los objetivos principales para tal movimiento. Desde entonces he trabajado mucho la idea de lo que se pierde en esa acción, en los factores que fortalecen la identidad, y en cómo un artista viajero hace de su nueva geografía su principal taller. Trabajo la autobiografía visual con lo cual mi calidad de migrante afecta toda mi producción. La obra se ha vuelto más liviana, y más plural. Desde lo que podría llamar los acarreos, los traslados de herramientas y materiales hasta los cambios en los temas que ahora se presentan como urgentes. Comprender el universo de símbolos nuevos que se manifiestan en una producción viajera, es también comprender la mitología personal, los rincones y escondidos de alguien que ya no es de aquí ni de allá y funda ahí una nueva patria emocional, que necesita generar relato para saberse cierta.
LA PIEDRA Y EL AGUA/

Soy artista visual trabajo, muy cercana a mi realidad cotidiana, los materiales que uso en mi trabajo son el mínimo sustrato parlante de mi obra. Trato de pensar en obras que puedo hacer, uso material a mano como el grafito, cercano y noble, capaz de expandir su potencia visual o reducirse a lo más mínimo, una línea como humildad y espiritualidad. Yo trabajo desde la urgencia y esa fuerza tiene algo de torpeza pero algo muy genuino también, y me preocupo de que se mantenga lejos de una pose. Yo confío en que en los pequeños e íntimos temas anidan las moléculas de todos los demás, por eso, insisto en ellos. Proyecto que empecé al llegar a Chile, sin mis materiales, sin taller, con muchos miedos, y todo un territorio por conocer. Al proyecto lo llamé: La piedra, el agua. Por esa fuerza suave y corrosiva que tiene el agua que corre por años sobre una piedra y la termina horadando. Bueno, con esa imagen empecé a salir a las calles de Santiago con un grafito en mano, para instalar en los muros de la ciudad breves textos que con el pasar de cada día fueran ejerciendo un esfuerzo de apropiación. De volver mío un lugar.